Andorra ha adquirido su amplio patrimonio cultural a lo largo de la historia. Desde su fundación por Carlomagno en el año 805, ha sido lugar de paso de gentes, culturas y corrientes artísticas que han enriquecido sus atractivos naturales y etnográficos.
La población, permanente o de paso por el Principado, ha visto influenciados sus modos de vida, tradiciones y costumbres por su ubicación en plena naturaleza.
Las tradiciones y costumbres del país y sus gentes son visibles en las exposiciones de los museos andorranos. Casa Cristo, Casa Rull, Casa d’Areny-Plandolit, la Farga Rosell, el Museo del Tabaco, la Casa de la Vall o el Santuario de Meritxell muestran a sus visitantes construcciones tradicionales, la evolución de la sociedad andorrana, los usos del medio natural para la vida diaria de la población, edificios emblemáticos…
Una de las corrientes artísticas con más presencia en el país es el arte románico, con más de 40 iglesias y edificios en el territorio. Centros de reunión y celebraciones religiosas y sociales de la población, hoy se consideran una de las joyas de la cultura andorrana y reflejan la perfecta sintonía entre la acción humana y el entorno, pues se ubican en paisajes naturales o urbanos únicos.
Completando el patrimonio del país, en Andorra se encuentra el Valle del Madriu-Perafita-Claror, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en el año 2004 en la categoría de paisaje cultural. En el valle se conservan bordas, cabañas y forjas que sirvieron como cobijo a sus habitantes y que mantienen la esencia de la vida en la alta montaña.
Además, Andorra propone diversos itinerarios, como la Ruta del Hierro o el Recorrido del Hábitat Rural, que permiten descubrir las formas de vida y el saber hacer de la población andorrana de alta montaña.
Andorra te ofrece cientos de historias que descubrirás a través de su patrimonio cultural.